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La formación humana a la luz de un estilo de vida psicológico

La formación humana a la luz de un estilo de vida psicológico

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La educación humana proporciona las bases sobre las que se construyen estilos de vida. Un estilo de vida saludable y equilibrado fortalece el proceso de formación personal creando ciclos positivos de crecimiento y bienestar. Desde una perspectiva psicológica, el estilo de vida de una persona está condicionado por sus experiencias, valores, creencias y el entorno social en el que se desarrolla. 

Este estilo de vida psicológico no solo abarca las conductas y pensamientos que guían nuestras acciones y decisiones cotidianas, sino que también implica nuestra capacidad para hacer frente a los desafíos emocionales y existenciales a los que nos enfrenta la vida cotidiana. En este sentido, y desde la Universidad Santo Tomás, se resalta la coherencia de este enfoque con el desarrollo de habilidades prácticas para la vida y el desarrollo de la conciencia crítica. Por ello, la educación tomasina promueve no solo la adquisición de conocimientos especializados en diversas áreas, sino también el desarrollo de una visión holística que integre los principios de justicia social, responsabilidad, y el bien común. Este enfoque integral tiene como objetivo formar ciudadanos para asumir los desafíos de un mundo globalizado, adaptándose a los cambios y contribuyendo activamente a la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Así la formación humanista de la Universidad Santo Tomás está íntimamente relacionada con el desarrollo evolutivo de la persona y la promoción de la dignidad y el respeto por el ser humano. 

Este documento se trata de una propuesta que busca una visión global del estudiante, no solo como un ser académico, sino también individual: emocional, intelectual, social y espiritual. Por tanto, favorece el autoconocimiento, la reflexión ética y la adquisición de habilidades para la vida plena, lo que incide de manera directa en el bienestar psicológico. Para la comunidad tomasina, la formación humana se centra en el reconocimiento del otro y en el establecimiento de redes de apoyo para favorecer una nueva construcción del «ser sujetos», mediante el razonamiento de «el pensar», «el hacer» y «el sentir» a través de espacios de reflexión y acción participativa de forma permanente y continua. 

Así, esta estrategia pedagógica contribuye a fomentar la capacidad que tienen los estudiantes para comprenderse y comprender a los demás, darse cuenta de la empatía y adoptar una actitud crítica en la vida a través de la formación en valores. Lo anterior contribuye a un estilo de vida psicológico saludable, no solo al tener en cuenta la inteligencia emocional personal, sino también al vincular la posibilidad de establecer relaciones internas equilibradas, tomar decisiones informadas y sabias y contribuir al justo desarrollo social. De este modo, las actividades propuestas propician una reflexión sobre la gestión del estrés, las emociones y las creencias. En este sentido, incluye la autorregulación, la empatía, la gestión de las emociones propias y la capacidad de establecer relaciones saludables con los demás. De acuerdo con lo anterior, se fomenta un estilo de vida equilibrado que promueve la estabilidad emocional, la autocompasión y una mentalidad positiva. 


Roberto Alonso Cardona Ospina
Director de Humanidades
Universidad Santo Tomás

La formación humana a la luz de un estilo de vida psicológico

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Estilo de Vida - Psicológico

La formación humana a la luz de un estilo de vida psicológico


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La educación humana proporciona las bases sobre las que se construyen estilos de vida. Un estilo de vida saludable y equilibrado fortalece el proceso de formación personal creando ciclos positivos de crecimiento y bienestar. Desde una perspectiva psicológica, el estilo de vida de una persona está condicionado por sus experiencias, valores, creencias y el entorno social en el que se desarrolla. 

Este estilo de vida psicológico no solo abarca las conductas y pensamientos que guían nuestras acciones y decisiones cotidianas, sino que también implica nuestra capacidad para hacer frente a los desafíos emocionales y existenciales a los que nos enfrenta la vida cotidiana. En este sentido, y desde la Universidad Santo Tomás, se resalta la coherencia de este enfoque con el desarrollo de habilidades prácticas para la vida y el desarrollo de la conciencia crítica. Por ello, la educación tomasina promueve no solo la adquisición de conocimientos especializados en diversas áreas, sino también el desarrollo de una visión holística que integre los principios de justicia social, responsabilidad, y el bien común. Este enfoque integral tiene como objetivo formar ciudadanos para asumir los desafíos de un mundo globalizado, adaptándose a los cambios y contribuyendo activamente a la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Así la formación humanista de la Universidad Santo Tomás está íntimamente relacionada con el desarrollo evolutivo de la persona y la promoción de la dignidad y el respeto por el ser humano. 

Este documento se trata de una propuesta que busca una visión global del estudiante, no solo como un ser académico, sino también individual: emocional, intelectual, social y espiritual. Por tanto, favorece el autoconocimiento, la reflexión ética y la adquisición de habilidades para la vida plena, lo que incide de manera directa en el bienestar psicológico. Para la comunidad tomasina, la formación humana se centra en el reconocimiento del otro y en el establecimiento de redes de apoyo para favorecer una nueva construcción del «ser sujetos», mediante el razonamiento de «el pensar», «el hacer» y «el sentir» a través de espacios de reflexión y acción participativa de forma permanente y continua. 

Así, esta estrategia pedagógica contribuye a fomentar la capacidad que tienen los estudiantes para comprenderse y comprender a los demás, darse cuenta de la empatía y adoptar una actitud crítica en la vida a través de la formación en valores. Lo anterior contribuye a un estilo de vida psicológico saludable, no solo al tener en cuenta la inteligencia emocional personal, sino también al vincular la posibilidad de establecer relaciones internas equilibradas, tomar decisiones informadas y sabias y contribuir al justo desarrollo social. De este modo, las actividades propuestas propician una reflexión sobre la gestión del estrés, las emociones y las creencias. En este sentido, incluye la autorregulación, la empatía, la gestión de las emociones propias y la capacidad de establecer relaciones saludables con los demás. De acuerdo con lo anterior, se fomenta un estilo de vida equilibrado que promueve la estabilidad emocional, la autocompasión y una mentalidad positiva. 


Roberto Alonso Cardona Ospina
Director de Humanidades
Universidad Santo Tomás