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A causa del encierro en los hogares por la pandemia del COVID-19, los estudiantes de todos los colegios del mundo perdieron habilidades para relacionarse, debilitándose su capacidad de encuentro con otros y de gestionar la frustración. Todavía persistía el miedo cuando volvieron a las aulas de manera presencial, preguntándose cuándo podrían volver a quedarse encerrados. Este fenómeno, entre otros, marcó mucho el retorno a las aulas. Los colegios de la Compañía de Jesús también han tenido que afrontar el desafío de ayudar a fortalecer y mejorar la salud mental de los estudiantes, que afecta directamente al estilo de vida saludable, es decir, a los comportamientos que determinan el proceso de salud-enfermedad, en combinación con otros factores.
La unión entre la Universidad Javeriana, la Universidad Santo Tomás y ACODESI en la investigación que tienen entre manos busca ofrecer estrategias pedagógicas que ayuden a los y las estudiantes a controlar el estrés y les hagan conscientes de que su realidad no está abocada a un fatalismo y a la pérdida del sentido de la vida, sino que, a partir de esta investigación, se les ofrecen herramientas para manejar y afrontar el reto del dolor que supone la existencia, un dolor aparentemente sin sentido.
Otro reto fundamental que aparece en la actualidad es la percepción. Para nuestros jóvenes solo parece haber «el hoy» y, con algún esfuerzo, «el mañana». Esto dificulta todas las posibilidades de proyección de futuro y fomenta la inmediatez y la gran influencia de lo superficial. Existe miedo al compromiso y a embarcarse en proyectos a medio y largo plazo, lo que acaba afectando a la capacidad de crear relaciones sólidas y verdaderas. El sentido de la traición es débil y los efectos a las relaciones humanas poco considerados; más aún, construir con alguien una relación de cuidado, dependencia y responsabilidad afectiva es casi impensable. En este contexto, buscamos crear estrategias que nos permitan responder a la fragilidad mental que sufre nuestra sociedad hoy en día.
El reto es que nuestros estudiantes logren construir unas bases psicológicas sólidas. Si lo logran, tendrán más posibilidades de hacer frente a los retos que nos plantea la vida.
Rodolfo Eduardo Abello Rosas, S.J.
Presidente
Asociación de Colegios Jesuitas de Colombia – ACODESI
A causa del encierro en los hogares por la pandemia del COVID-19, los estudiantes de todos los colegios del mundo perdieron habilidades para relacionarse, debilitándose su capacidad de encuentro con otros y de gestionar la frustración. Todavía persistía el miedo cuando volvieron a las aulas de manera presencial, preguntándose cuándo podrían volver a quedarse encerrados. Este fenómeno, entre otros, marcó mucho el retorno a las aulas. Los colegios de la Compañía de Jesús también han tenido que afrontar el desafío de ayudar a fortalecer y mejorar la salud mental de los estudiantes, que afecta directamente al estilo de vida saludable, es decir, a los comportamientos que determinan el proceso de salud-enfermedad, en combinación con otros factores.
La unión entre la Universidad Javeriana, la Universidad Santo Tomás y ACODESI en la investigación que tienen entre manos busca ofrecer estrategias pedagógicas que ayuden a los y las estudiantes a controlar el estrés y les hagan conscientes de que su realidad no está abocada a un fatalismo y a la pérdida del sentido de la vida, sino que, a partir de esta investigación, se les ofrecen herramientas para manejar y afrontar el reto del dolor que supone la existencia, un dolor aparentemente sin sentido.
Otro reto fundamental que aparece en la actualidad es la percepción. Para nuestros jóvenes solo parece haber «el hoy» y, con algún esfuerzo, «el mañana». Esto dificulta todas las posibilidades de proyección de futuro y fomenta la inmediatez y la gran influencia de lo superficial. Existe miedo al compromiso y a embarcarse en proyectos a medio y largo plazo, lo que acaba afectando a la capacidad de crear relaciones sólidas y verdaderas. El sentido de la traición es débil y los efectos a las relaciones humanas poco considerados; más aún, construir con alguien una relación de cuidado, dependencia y responsabilidad afectiva es casi impensable. En este contexto, buscamos crear estrategias que nos permitan responder a la fragilidad mental que sufre nuestra sociedad hoy en día.
El reto es que nuestros estudiantes logren construir unas bases psicológicas sólidas. Si lo logran, tendrán más posibilidades de hacer frente a los retos que nos plantea la vida.
Rodolfo Eduardo Abello Rosas, S.J.
Presidente
Asociación de Colegios Jesuitas de Colombia – ACODESI